https://www.google.com/search?q=1+de+septiembre+2024++alocucion+presidente+petro+urrego&sca_esv=cca1506e5bb311d6&sca_upv=1&ei=i9reZq63IbGUwbkP2o2HqA0&ved=0ahUKEwjuqO_R37WIAxUxSjABHdrGAdUQ4dUDCA8&uact=5&oq=1+de+septiembre+2024++alocucion+presidente+petro+urrego&gs_lp=Egxnd3Mtd2l6LXNlcnAiNzEgZGUgc2VwdGllbWJyZSAyMDI0ICBhbG9jdWNpb24gcHJlc2lkZW50ZSBwZXRybyB1cnJlZ28yCBAAGIAEGKIEMggQABiABBiiBDIIEAAYgAQYogQyCBAAGIAEGKIEMggQABiABBiiBEieKlDYAliZJnABeAGQAQCYAZwBoAGqD6oBBDYuMTK4AQPIAQD4AQGYAhGgAvANwgIKEAAYsAMY1gQYR8ICBBAhGArCAggQABiiBBiJBcICChAhGKABGMMEGArCAggQIRigARjDBJgDAIgGAZAGCJIHBDUuMTKgB9Qy&sclient=gws-wiz-serp
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20. No fue
una, la de la independencia, no fue la de la guerra muerte, y la bandera rojinegra
que levanto el libertador Bolívar y del himno de esa época, que también se
olvidó, ya no se escucha que yo creo que deberíamos tratar de recordar, de
recuperar en sus músicas y sus tambores, el himno de las guerreras de la
libertad, que no es el actual himno nacional, sino que fue olvidado y tapado
porque ese himno era hecho por hombres y mujeres negras, por gente humilde que
había concebido en el centro de su corazón y para siempre, que la lucha por la
libertad, la igualdad y la democracia,
era la lucha esencial del ser humano, en cualquier parte del mundo, en
nuestra propia Colombia. Incumplimos la esencia misma de la república y la esencia misma de nuestro
origen, mancillamos
nuestro origen, lo
olvidamos, lo pisoteamos, nos volvimos peores que los enemigos que habíamos
combatido; los jerarcas españoles del reino y matamos a nuestro propio pueblo, lo
condenamos a una violencia sin cesar, a una violencia permanente.
Que la justicia se haya reunido
en Quibdó bajo la batuta de un hombre negro al que quise abrazar en el día de
ayer, es muy simbólico; poco
entiendo de porque los hombres negros puedan ser conservadores, no lo comprendo
muy bien, pero son negros que se liberan y que hoy conduciendo la justicia pueden
condensar casi que en un momento propicio
de la historia, como
una negación de nuestro propio incumplimiento, justicia donde hubo esclavitud,
justicia dirigida por un hombre negro, justicia convocada desde los territorios
negros, desde los territorios olvidados, porque como en el Chocó, el Litoral
Pacífico, los sures del Caribe, los barrios pobres de nuestras ciudades, se
generó una nueva exclusión; quizás más violenta que la misma esclavitud, quizás
aún seguimos siendo esclavos, las cadenas físicas se rompieron, pero quedaron
las cadenas del alma; construidas una y otra vez a través de los medios, de la desinformación, a través del
terror, de la masacre, de la muerte continuada en los campos y ciudades enseñándole
como decían los facios, al pueblo a ser dominados, a ser rebaños, a ser
sojuzgados, a no pensar en la palabra libertad, mientras se tiene hambre, a
no pensar en la palabra igualdad mientras no hay que llevarles a los hijos la
comida, a no pensar en la palabra solidaridad, cuando nos van asesinando de a
poquitos uno a otro en los campos y ciudades de
Colombia.
Ayer quería hablar de
estos temas en Quibdó gobernadora, pero podemos hablarlo en
Nuqui; hermosa tierra de negros y de negras en el territorio olvidado del Chocó,
en los territorios de las negritudes y de los indígenas que resistieron a pesar
de todo riesgo y calamidad, a pesar del hambre, a pesar del hambre, a ser libres, esa convocatoria hoy como debería
resonar en el corazón de cada colombiano y colombiana, a pesar del hambre ser
libres, como los cartageneros que se morían de hambre antes de arriar la
bandera de la libertad.
23. El hambre no es la excusa para dejarnos llevarnos a la esclavitud, el terror, la mentira, no es excusa. El deber de todo ser humano, su principio esencial, es ser libre, espíritu libre. Esas esclavitudes de hoy tienen otras cadenas, tienen otras poblaciones que quedan sujetados por el dominio de la férula del látigo. Hombres de acaballo con el látigo pegando en las espaldas, aún existen hoy, y son hombres, y a quienes le pegan es a las mujeres. La condición de la mujer en Colombia es una conducción de esclavitud permanente, perpetua por generaciones. Se conducen a la madre, a las hijas, a las nietas, igual que antaño, a la esclavitud, a tener que obedecer al hombre en silencio, a servirle, a cocinarle, a lavarle todas sus inmundicias, a aceptarle todo lo que quiera. Es el señor de la casa el que primero tiene que ser servido en la mesa, el que mejor tiene que comer, así no quede comida para el hijo o la hija, como pasa en la Guajira. El señor de nuevo, como era el señor de la tierra, como era el señor del poder, ahora el señor sobre sus hijos. Sobre su, entre comillas mujer, sobre la mujer de Colombia.
24. Cuánto han vivido
las mujeres de Colombia en estas décadas de nuestra historia, han visto morir a
sus seres que amaban, a su hombre lo han destrozado en alguna masacre, en alguna
esquina, no llegó a la casa, no porque se hubiera ido de festín, sino porque
cayó bajo las balas cuando quería llegar a la casa a abrazar a su hija y no pudo;
porque era un líder obrero, porque era un hombre de izquierdas, porque era un
ser libre. Cuanto han vivido las mujeres en la historia de Colombia que han
parido a sus hijos que después destrozan en la guerra, bajo una bomba que no
mira a quien o en una trocha vestidos del uniforme que sea, jóvenes hijos de
madre que terminan en los cementerios o en las fosas comunes por decenas de
miles; que pensarán las madres de los 6402 jovencitos fusilados con armas
oficiales para hacerlos parecer como guerrilleros dados de baja, qué pensarán
las madres que sobrevivieron las masacres si es que no murieron en ellas, en
esa regiones donde el desplazado se vuelve voz común y corriente en los barrios
populares, los desplazados como los desechables, como los parios de la tierra.
25. La enorme crisis humanitaria, bien lo
decía Iris, que se condensa en la crisis humanitaria sobre la mujer en
Colombia, la mujer en Colombia es esclavizada y vejada porque no hemos sido
capaces de cumplir la promesa revolucionaria de 1810, de 1819 de construir una
República democrática de seres libres, iguales y solidarios. No hemos sido
capaces hasta ahora, quizás este gobierno empiece a marcar la diferencia, eso
espero y por eso quise Iris que la terna
para la defensoría del pueblo, fuese de mujeres, quien más puede defender al
pueblo de Colombia de sus vicisitudes, de su desprotección permanente, sino son
las mujeres, las que tienen que tomar las banderas que dejamos a media asta, a
media victoria, medio victoriosas, medio ensuciadas de sangre, medio enlodadas
por la traición. Las mujeres son las que tienen que limpiar esas banderas,
rehacerlas, volverlas a coser, quitarles las heridas, bañarlas de amor y de
besos, y levantarlas con la dignidad que muchos hombres no tuvieron. Levantar
las banderas de una nación donde se respete al ser humano.
26. La constituyente episodio breve de democracia en Colombia generó esta institución “La Defensoría del
Pueblo”, para defender al pueblo, al humilde, a la voz desprotegida, a la
mujer y por eso he querido que la
terna, que por facultad constitucional se me atribuía para la elección, fuese
toda de mujeres, para que saliera de allí elegida una mujer, que le pudiera
decir a todas las mujeres de Colombia llegó el momento de lavar las banderas,
de las traiciones, y las heridas y las sangres y levantarla para defender al
pueblo; para defender sus derechos, para una nueva emancipación, para un nuevo
ejército libertador, para unos nuevos hijos que cabalguen por las banderas de
la libertad, permanentemente y victoriosamente. Por eso, usted es defensora del pueblo Iris y tiene una gran
responsabilidad, porque es usted bandera en este momento, a veces le pesa a uno
cuando lo ungen los designios de la historia, las decisiones populares y dicen:
usted es, adelante vaya de primero, asuma el riesgo, déjese tocar del pueblo,
nunca lo olvide y nunca lo traicione, pero marche hacia adelante; ahora a usted
le toca como mujer, como miembro de una organización de derechos humanos que
para mí fue vital porque como líder político me defendió.
27.- Sin pedirle nada, sin llamarlos de pronto llegaron como por
arte de magia en momentos como el de hoy, el de ayer en donde me sentía enano
ante el poder, aplastado, derrotado, lleno de heridas, de los golpes y la
tortura, acongojado en mi alma como si no hubiera otro futuro y ya se me
hubiera acabado a los 24 años de edad, llevado a la prisión por militares que
no sabían del derecho, condenado simplemente por pensar y por decir lo que
pensaba y por ser rebelde, por no querer quedarme en silencio ante la
injusticia, que de joven aprendí a tratar de derrotar una y otra vez en
cualquier esquina, en cualquier lugar, repitiendo quizás lo que me había
enseñado el che Guevara; de que un revolucionario no puede soportar la
injusticia en cualquier lugar del mundo donde se provoque y allí donde sea
tiene que levantarse, sea en tu propia tierra, sea en tierra ajena, sea en
pueblos extraños; no silenciarse ante la injusticia. Usted es, la directora
ahora de la institución que no se puede silenciar ante la injusticia; que no
puede ser traficada en
politiquerías, en transacciones oscuras, que tiene a través de cada uno de sus empleados y
empleadas que saber a ciencia cierta que ese es el espacio dentro del estado
del pueblo, que allí están sus esperanzas de defensa, que puede ser
judicial o no.
28. No
hay pueblo más desprotegido en el mundo, que el pueblo de Colombia, porque su
estado, el que creó él mismo, que debería ser su protector; se convirtió en su
verdugo y asesino, un estado asesinando al pueblo, torturándolo, masacrándolo,
vejándolo, como sino supiera que su origen mismo es el pueblo mismo; como dice
el himno Nacional y como decían nuestros libertadores “Un estado que asesina”,
y entre más asesinen entonces, tienen que haber más defensores y defensoras;
porque como yo aprendí desde chiquito, no nos podemos silenciar ante la
injusticia. Siempre tiene que brillar la palabra y la denuncia. El silili permanente que me
enseñaron las mujeres, hasta lograrlo de tanto y tanto batallar y hablar, y
hablar, lograr el objetivo que no es más que el objetivo de la justicia para
los seres humanos en Colombia, para que no haya más masacre, para que no haya
más sangre derramada de pobres, para que no hayan más jóvenes torturados
simplemente porque son rebeldes.
29.- Aún no hace mucho un fiscal le dio
orden a todos sus fiscales de recoger en las cárceles a los miles de jóvenes
que se habían levantado exactamente como el libertador Bolívar a decir de nuevo
que hubiese dignidad en sus barrios, en sus ciudades, en sus pueblos tratados
como rebaños descuartizados en sus cuerpos jóvenes, violadas muchas de sus
mujeres sexualmente por el estado, sus
ojos reventados porque les disparaban directo para ver que ningún otro joven
por miedo a perder su visión, su mirada del mundo, de la belleza entonces se
amedrentara para no protestar ante la injusticia, esos jóvenes somos nosotros
también, esos jóvenes son Bolívar de nuevo resucitado en sus almas, Bolívar
decía “el poeta resucita cada 200 años” y ha resucitado entre nosotros, entre
ustedes mujeres que de nuevo lo acunan para que libre su batalla, esos jóvenes
fueron llevados a las cárceles por miles, los mismos que hoy hipócritamente
hablan de Venezuela y de dictaduras allá, multiplicado por tres lo hicieron en
Colombia hace tres años, hipócritas ven dictadores afuera pero no ven su propia
dictadura y su propia podredumbre adentro. Bueno los jóvenes que protestan
allá, pero malo los jóvenes que protestan acá. Las periodistas del poder, las
muñecas de la mafia construyeron la tesis del terrorismo en la protesta y la
criminalización del derecho genuino a protestar y a decir: basta.
30.- Ahora
le toca a usted defensora defenderlos, contra ese fiscal de la ignominia, de la
ignorancia, de los que creyeron que por ser hijos de papi y mami y estudiar en
la misma universidad tenían el privilegio; de dictaminar las decisiones sobre
nuestro pueblo y condenarlo a la injusticia, hay que deshacer el entuerto como
decía el Quijote de la Mancha, por el camino voy deshaciendo entuertos,
cabalgando mi Rocinante, llevando mi aldaba y mi lanza y con mi
escudero al lado, para que no me pase nada malo, puedo ir por todos los
rincones del mundo cabalgando, deshaciendo
los entuertos de la injusticia que libro tan revolucionario ese, no era sino
juntar el Quijote de la Mancha errante y Russo y teníamos la tesis fundamental de
nuestra propia Libertad. Los colombianos nos hemos dividido entre Quijotes que
aun cabalgamos y los que quieren matar a los Quijotes, silenciarlos; un ejército
de Quijotes me soñaba yo en Colombia y creo que lo logre once millones y medio
de Quijotes buscando deshacer los entuertos que ha sido la historia de
Colombia.
31.- ¡Ganamos los quijotes! por primera
vez y ojala que esos quijotes puedan volver realidad su misión como caballeros
que es deshacer los entuertos de Colombia, Ahora usted es quijote, ahora usted
es bolívar, ahora usted es la Pola y manuelita la guerrera, así que ese trabajo
y ese empeño por estos años le corresponde a usted y ojala lo pueda
desencadenar con toda la bravura que se necesita para defender el pueblo de
Colombia, yo de aquí me retiro un poco acongojado por mi pena que superaremos
porque me toca decirle a mi hija buen viento y buena mar. Gracias
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